martes, abril 28, 2009

FOTOS, FOTOS, FOTOS...








La fotografía es una afición de mi padre que he heredado, sin duda alguna, porque los niños repiten lo que ven. Tengo por costumbre ir con la cámara encima para no perder ni un sólo detalle que luego deba recordar y que me ayude a comprender mejor el mundo que me rodea y lo que soy.
Las fotos son momentos inmortalizados, recuerdos que puedes volver a tener en las manos. Me transmiten tantas cosas...despiertan mis sonrisas.
Hoy se me ha ocurrido compartir con vosotros algunas imágenes de cuando era pequeñita. Podeis ver en la primera que me encantaba disfrazarme, a la vista está que soy la más feliz del mundo.
Las fotos del pijama amarillo, me gustan porque llevo pañal, chupete y las zapatillas de mi padre que eran mucho más divertidas que las mías para andar por casa. Siempre se las birlaba. La cara de pilla, que era un bicho según cuentan y no podían perderme de vista ni un segundo.
La imagen donde llevo sombrero, estaba puesta en un marquito encima del televisor del piso donde vivíamos cuando era niña, me traslada allí. El sombrero de paja era el que gastaba mi abuela para ir al huerto que tenía en El Cercao, estoy sentada en su silla, en la puerta de su casa, en un pueblo de Cáceres, uno de mis rincones preferido del mundo mundial.
En la foto donde hago el gesto de campeona, tendría unos 7 años. El vestido que llevo era mi favorito, tenía disputas con mi madre porque siempre quería llevar el de la manzana-bolsillo. El pelo corto a lo chico, me gustaba porque me diferenciaba de las demás niñas, y mi sonrisa completa, sin preocupaciones, algo me queda de ella, y espero no perderla jamás.

5 comentarios:

Mayte dijo...

Un primor!!
A mi también me encanta ver fotos de cuando era niña, cuando no perdía el tiempo pensando en tantas chorradas como hago ahora, pero cada etapa tiene sus momentos.
Tienes razón, la sonrisa y esa cara de pizpireta la conservas, espero vértela por muchos años.
Besirrinín.

Lorena dijo...

Si es que los niños son un ejemplo a seguir, porque viven el momento y ya está, no se plantean el futuro, que es lo que debería de ser.
Un besote Mayte.

belén dijo...

Soy de la opinión de que en la infancia es cuando uno es más feliz. A medida que vamos creciendo empiezan las preocupaciones,nos vamos llenando de responsabilidades, complejos, retos que tenemos que ir superando. Yo lo veo ahora en mi hija,cuando me cuenta algo que le preocupa y trato de restarle importancia para que sea positiva y no herede "mis temores". Le digo siempre algo que leí en un libro estupendo: "Recuerda que en el camino tropezamos con pequeñas piedras, no con grandes montañas".
Por cierto la primera foto es divina, como se dice aquí en Galicia pareces "unha velliña".
La del pijama me recuerda a una que tengo de mi peque,¿ porqué será que les encanta ponerse nuestro calzado?. Por último decirte que en la que estás con el sombrerito me hizo recordar mi infancia en un pueblecito de León, donde mi familia tenía una silla igual en el patio donde jugábamos.

UN BICO Y MIL GRACIAS POR REGALARNOS ESAS FOTOGRAFÍAS TAN HERMOSAS.

Unknown dijo...

Yo también tengo cantidad de fotos de cuando era pequeñita. Tengo pendiente ir scaneandolas poco a poco. También me gusta mucho verlas y recordar esos momentos que ya no volverán.

Besicos

Lorena dijo...

Belén: Muy buena tu labor como madre evitando que tu hija se preocupe en exceso. Eso de restar importancia, de quitar miedo, le servirá un montón en el futuro porque el miedo paraliza, bloquea y no es bueno en exceso. La cita es muy buena, y es cierta, hay vallas en el camino pero ¿porqué no las vamos a saltar?.
Los zapatos de los papis son tentadores, sobre todos los de tacón de las mamás...
La primera foto es muy graciosa, es verdad, con el pelo blanco y esa carilla, sin duda me parezco a unha velliña. Que dulce es el gallego!...
Me alegra haberte traido recuerdos de ese pueblo de León, y gracias a ti por vuestra visita, me encanta recibirla. Bicos, besets.

Ana: Espero poder disfrutar un día de alguna de esas fotos es tu blog. Un abrazo fuerte.